Wednesday, August 29, 2007

Un ligero dígito.


[En vista del advenimiento de honorable onomástico. ^_^]

El hecho de cumplir un año más de vida, o en su defecto, ganarle un año más a la muerte, siempre me ha parecido digno de tener en cuenta. Borges solía decir que no le gustaba recibir regalos por el simple hecho de ser y estar aún… y eso constituye una discrepancia personal con uno de mis autores favoritos. Está bien, quizá no regalos. Pero siempre es bonito un pensamiento, una palabra amable, un mensaje oportuno que indica que la otra persona te tiene presente al punto de recordar la fecha. Válida cualquier cosa que cause una sonrisa en el destinatario. No hay nada mejor que recibir una sonrisa.
Pero en fin.
Este año sería otro cumpleaños normal, como a los trece, diecisiete, o diecinueve (no digo los dieciocho porque me entró la ansiedad de la mayoría de edad) sino fuese porque abandono la era del sufijo “ce” (de los once a los quince) o del prefijo “dieci” (de ahí en adelante) para cambiar por segunda vez el primer dígito de mi edad y toparme con mi segunda década de vida. Sí, me alcanzan los veinte, y dejo para siempre el “teen” en propio del inglés.
Wow, pensarás. Está cumpliendo veinte. Big deal.
Pero para mí tiene una especial importancia, porque, al menos en mi caso, la nueva edad viene con un sinnúmero de cambios en mi vida, empezando por algunos que ya sé son para bien… y otros cuya naturaleza se definirá al atravesar la niebla.
Y ahora que preparo mis maletas para viajar a Buenos Aires y recibir mi cumpleaños fuera del país por vez primera, me doy cuenta que en esos pequeños detalles se esconden los buenos presagios para el año que se viene. Y ya estará en mis manos hacer que los sueños se vuelvan realidad.

Wednesday, August 22, 2007

[words are falling down like endless rain...]



cae la lluvia bordada
como lágrimas finas de vidrio
como agujas de frío
como hilos de sal
caen
sin memorias
sin saberlo
sin sentido
a la tierra expectante
o al pavimento inmutable
o en tu rostro
o en mi rostro
caen
quizá en el mismo momento
en el que busco algún recuerdo
que aleje la lluvia
que bordaron tus manos
de mis ojos.

Tuesday, August 14, 2007

Desvaríos: Sirenas

[No, no tiene nada que ver con la película de Cher, lo prometo]

Ah, el mar…
El mar y el hechizo de inconstante constancia de las mareas, el embrujo de esa blanca capitana que es la luna cuando se refleja en el espejo de las aguas…
Y el horizonte, tan limitadamente infinito, su borde atado al cielo y al suelo, suscrito a la circunferencia azul de este planeta…
Es tanta la fascinación del hombre con el mar, esas aguas que cruzar, esa inmensidad que nos observa, ese antídoto del recuerdo o del olvido, que los antiguos debían ligarlo con otro objeto causante de embeleso: la mujer. Y así nacieron, junto con las oceánides y las nereidas, entre muchas otras criaturas ligadas al agua de la vida, las sirenas.

Hace mucho, les dediqué unas palabras en in texto bastante corto. Helo aquí.

***
Fábula de las sirenas
En alguna de las lunas de un planeta perdido, sueño de algún Galileo, habita una raza mitológica, conocida entre nosotros por tener en la mitad superior de sus femeninos cuerpos características tan humanas como creemos que son las nuestras, y su hemisferio sur cubierto por escamas, como cola de pez.
Es una suerte de parque acuático, donde todo lo cubre el agua. Ellas nadan todo el tiempo para olvidar sus viejas heridas, aquellas que no aprendieron a cicatrizar y, hermosas y malditas a la vez, salen a veces del agua, a ver el cielo oscuro y el brillo de la luna, que es su nuevo sol.
Se cuenta que alguna vez aquellas féminas habitaran aquí, y encantaran con su canto a múltiples aprendices de Odiseos, quienes sucumbieron bajo sus melodías. Pero ya no están. Luego de que se las retratara como seres pérfidos, sujetos a sus voraces apetitos y capaces de las iras más profundas, no aceptaron ninguna disculpa, promesa o excusa, y, ofendidas se marcharon, dejando todo atrás, a buscar suerte en otras aguas.
No volverán. Su orgullo puede más que su añoranza de volver a ver días luminosos y noches estrelladas y barcos tripulados por la gente hermosa de aquellos tiempos. Sin embargo, la melancolía no las abandona, de cuando en cuando visitándolas con sueños de nuestro mundo y de viajes de largo aliento, cruzando aquel infinito mar que es el universo.
***

Lo cierto de todo esto es que, hayan existido o no, la idea de las sirenas posee una magia indescriptible, desde su fisonomía hasta su canto.
Solía creer, cuando era chica, que era como una sirena que cantaba esperando que alguien llegase, sin darse cuenta de los naufragios en las rocas alrededor suyo. ¿Y ahora? Las cosas han cambiado, sé cuándo hay que dejar de cantar, cuándo cantar más fuerte, y cuándo dejar todo a su suerte y sumergirme en las aguas del destino. Las cosas buenas suceden a quienes las esperan, ¿no es cierto?
Habrá que aprender de ellas la lección de la paciencia, y seguir cantandole al mar...

La magia del aliento
en el mar, junto a sus cantos,
las figuras se desdibujan
ocultando el desencanto de
los sueños que naufragan
en el fondo de las aguas
donde la luz no los despierta,
donde el aire no las toca,
empapadas de recuerdos,
las sirenas vagan, solas,
hasta el fin del universo.

Wednesday, August 1, 2007

...but not forgotten

Ah... el silencio de mi inocente blog...
Casi un mes sin escribir nada, es cierto, pero las circunstancias lo ameritaban, y cuando el mundo empieza a girar rápidamente alrededor, no siempre es bueno quedarse atrás.
Por ahora, solo estas líneas. Ahora me encuentro más tranquila, de viaje en Toronto, luego de haber estado unos días en Miami. Eso en el próximo post. Y empieza la cuenta regresiva para las dichosas dos décadas...
Y quizás para un viaje transoceánico… lleno de recuerdos melancólicos…
Ya se verá todo mientras se aclara el horizonte…