Saturday, May 31, 2008

Toronto, ON

[24-01-08: “Que el verano haga florecer las ideas.”]



No, no fue el verano el que hizo florecer las ideas. Es ahora esta primavera boreal que descubro por vez primera, tan distinta a la que yo recuerdo, y más fría aún que mis inviernos. Es muy distinto, las hojas tiernas brillando iluminadas por el sol, y la gente feliz recordando el calor y el aire fresco y no frío de su estación más odiada…

Y ahora estoy aquí sentada tras una larga noche de lluvia con el cielo cerrado, augurando aún más agua que ha de caer. Y seré feliz otra vez, porque siempre me fue negada, y siempre la amé.

Esta ciudad, tan rodeada de árboles, tiene una magia desde sus raíces. O será que tantas raíces le dan esa magia. Andar por las calles bajo el verde embrujo es como un ensueño. Y es, a la vez, todo tan tecnológico, tan moderno. Me gusta tanto este lugar… Creo que puedo acostumbrarme, mas no sé si al invierno. Eso está por verse (aunque por lo que sé, me parece que ya puedo contestar de manera negativa a esa pregunta).

Queda tan solo descubrir cada secreto de esta nueva casa que escogí, entender cada latido de vida que encuentre, y aprovechar cada oportunidad en mi camino. Y, como las ardillas, hacer mi provisión de sonrisas y rayos de sol para cuando llegue el invierno.

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las gotas de lluvia golpeando el pavimento

antes de morir

murmuran tu nombre

Un par de pensamientos de madrugada

humo y luces negras
y el latido inerte
de otra canción que no escucho
humo
es el humo
no respiro
solo el eco inconsciente
de otra noche en mi cabeza
y se abre el cielo
otro cielo
que no es mío
en una lluvia nueva de primavera
pero aquí el humo
envolvente
y asfixiante
lejos de todo
se pierde el sentido
ebria del aire que me falta
y del baile
busco perderme entre mis pasos
para no encontrar
el camino de regreso
para no encontrarme
si es que no estás.