Saturday, December 1, 2007


me recibe la madrugada sobre su regazo

las luciérnagas beben sin respirar
la luz de las estrellas
que les sabe a fuego

los árboles cobijan nidos de sueños
mientras agrietan, recortando con sus ramas, la línea del horizonte

y el silencio florece
con pétalos de terciopelo

que surcan, intermitentes,
enjambres del sopor sereno de la medianoche

el sopor se hace más tangible
con cada suspiro de aquellos que sueñan. flota
como un humo brillante y celeste que alimenta al rocío que nace
y traza nuevas constelaciones a su contrastante paso por el oscuro firmamento

las siluetas y las sombras danzan, sinceras,
al ritmo del sonido de la noche

un latido sordo al que cobija la luna

y que me arrulla con la madrugada
en una noche cualquiera de primavera.